La cafetería de Billy y Mollie estaba a punto de abrir al público, abría el taller de Tom, sus muchachos
esperaban a que su jefe empuje la gruesa puerta de aluminio, la abría de un patadón, y para ellos, el ver
a su recio lider era todo un espectáculo.
Sonaba en la radio la orquesta de Glenn Miller, ese ritmo que a Billy le disgustaba, pero a los habitantes
de Blossom Ville, les alegraba las mañanas, y todo el día.
Mollie ya estaba preparando sus tortitas panqueques, la masa había reposado, y se hacían burbujas al
freírlas en la plancha. Los siropes de azúcar, mermelada de fresa y salsa de arándanos, en las mesas,
los tarros de miel, listos para cuando los pidan los clientes. Billy, en el mostrador, con su cafetera
vintage, sus tazas y sus azucarillos en los platitos.
Todo estaba preparado cuando, a las 9/30 de la mañana, el locutor interrumpió a Glenn Miller.
“¡noticia urgente, noticia urgente, parte de guerra!: en la mañana de hoy, a las 7/50, aviones
bombarderos japoneses han atacado la base de Pearl Harbor. Los civiles están siendo evacuados, el
caos y el desorden hacen pavor y presa entre nuestros compatriotas de las islas del Pacífico, estén
atentos a nuestras noticias, les informó la N.B.S, su radio de confianza y fidelidad”.
Toda la cafetería de Billy se quedó en silencio, todo Blossom Ville se quedó en silencio; nadie hablaba,
nadie decía nada, hasta los pájaros se quedaron mudos.
Solo un llanto de una señora de edad interrumpió el amargo y cruel vacío. De repente, la sirena de la
comisaría llamaba a todo el pueblo.
“¡señoras y señores, este bombardeo no tiene que quedar impune, estamos esperando órdenes de
nuestros superiores, lo más posible sea que el ministerio de defensa de los Estados Unidos llame a la
población para servir a nuestra patria, y defender las costas del Pacífico, para detener a esos invasores
orientales!”.
“¡ Lo que dice el sargento Henry tiene razón, debemos estar preparados, el ejército nos llamará!”,
“¿acaso tu eres un soldado, Goldty?, ¿tienes acaso ideas de cómo defender Estados Unidos?”, “¡¿me
estás llamando cobarde, Sherman, has escuchado la radio?!, ¡nos están invadiendo esos salvajes
orientales y tú estás dudando de mi valor y lealtad a la patria!, ¡tú eres ese cobarde, eres igual que tu
padre, que boicoteó la fábrica de enlatados!”, “¡mi padre pedía reducción de horas y subida de salarios,
el patrón los explotaba, mi padre luchó por los derechos de sus compañeros!”, “¡tu padre fue un
socialista boicoteador, de esos que no trabajan y sueñan con pagas del gobierno, tu padre es un
mantenido, un vago, una rata!”, “¡¡a mi padre tuvieron que amputarle las 2 piernas tras la explosión de la
fábrica, yo tengo que mantener a mi familia, mi padre no puede trabajar, el tuyo sí, y es un borracho, se
pasa los días en la taberna de Fourton, a las afueras del pueblo, para que no lo vea Blossom Ville!”,
“¿¡que has dicho de mi padre?!, ¡ven que te arreo!”, “¡allá va todo Blossom, Goldty!”.
La pelea duró poco, la asustada Mollie llamó corriendo a la policía, el sargento Henry acudió de
inmediato.
“¿otra vez con vuestras peleas de sindicato, cuando aprenderéis?, ¡hoy no está el horno para bollos, ha
ocurrido una catástrofe lejos de nuestro país y vosotros zurrándoos como en el colegio!”.
“¡ha empezado Sherman, y sus ideas sobre patronal y obreros!”, “! mentira, has sido tú, Goldty, y tu
patriotismo sin conocimientos!”.
“¡me da igual quien haya sido, el calabozo os espera, y posiblemente tb el reformatorio, estoy harto de
vuestros puñetazos y destrozos en los locales del pueblo!, Cuando erais pequeños, os separaba, se lo
decía a vuestros padres, y ellos se encargaban de daros una buena zamarra, pero ahora, hasta yo me
avergüenzo de tener que separar a dos hombres hechos y derechos. Vuestros padres ya están viejos y
cansados, ¿no pensáis en el disgusto de vuestras madres, en las caras bajas de vuestros padres, en el
ejemplo que estáis dando a vuestros hermanos?, ¡andando, a la tocinera ustedes 2, y a ver que dice la
N.B.S, estamos en crisis, muchachos, estamos en crisis, Blossom Ville!”.
Tod@s estaban pendientes de la radio, nadie comía ni bebía, tod@s esperaban que esa noticia no fuera
cierta, que se trataba de una broma, como cuando Orson Welles radiaba la novela “La guerra de los
mundos” como si fuera una noticia extra.
A Mollie se le quemaron los frijoles y las salchichas, pero nadie la reprochaba.
Las chicas del teatro Odeón llegaron, presurosas, para tomar su desayuno, pero cuando vieron el
ambiente desolador, se quedaron perplejas: “¿qué ha pasado aquí, ha habido algún fallecido?”, “¡seguro
que han atracado la galería comercial!, he visto el coche patrulla de Henry!”, “¿qué ha pasado, por qué
estas caras tristes, que ha sucedido, Billy?”.
“ya...llegáis tarde, no os habéis enterado...Los japoneses han bombardeado nuestras bases en Pearl
Harbour, estamos esperando informes de la radio, esto puede ser el comienzo de una guerra abierta,
movilización de personal para defender Estados Unidos”, “¡ay, qué horror!”, “si...estamos esperando,
chicas, y tensa es la espera. Sentaos, os serviré café y algo de tarta, hoy, a Mollie se le ha quemado
parte de los desayunos, está llorando en la cocina”.
“¡noticia urgente, noticia urgente, parte de guerra, nuestro amado presidente, Franklin D. Roosevelt,
puede que prepare la declaración de intervención en el conflicto europeo, uniéndose a los ejércitos de
Francia y Gran Bretaña, aquellos jóvenes soldados que quieran inscribirse para formar parte de la defensa
de los Estados Unidos, pueden hacerlo a través de comisarías, oficinas de Correos, academias militares,
cuarteles de bomberos y demás organismos oficiales relacionados con la defensa de nuestro país. Les ha
informado la N. B. S, su radio de confianza y fidelidad”.
En cuanto terminó el locutor de decir la noticia, todos los jóvenes que estaban en la cafetería de Billy y Mollie
corrieron a la comisaría de Henry, a inscribirse como soldados voluntarios.
“¡por favor, Henry, libérame, quiero defender a mi país, quiero morir por la bandera de las 13 barras y
estrellas, es mi deber!”, “¡tú lo que quieres es irte de Blossom Ville, dejar el trabajo de mecánico y buscar una
mujer que te mantenga, una de esas chicas de papá europeas, herederas de fortunas hechas con el sudor
de los obreros y el llanto de sus mujeres al no poder comprar pan y leche para sus hijos!”, “¡estoy harto de
escuchar esas palabras, tus ideas del siglo XIX no tendrán cabida en el nuevo orden mundial que habrá
después de la guerra, al menos yo moriré por defender mi país!, !Henry, libérame, yo tb quiero ser soldado!”,
“¡ya voy, ya voy, Goldty, aquí tienes, tu hoja de inscripción a las filas, pero aún, nuestro presidente no ha
firmado la declaración de guerra. Cuando hayas firmado, ve a tu casa, haz un pequeño equipaje, despídete
de tus padres y vienes para acá, los autobuses están esperando, hay muchos que quieren ser soldados. ¿y
tú, Sherman, tb quieres defender a los Estados Unidos?”.
“¿y quién se encargará de mis padres?, el mío se quedó inválido, por culpa de ese accidente en la fábrica de
enlatados, mi madre es vieja, ya no está para hacer trabajos de costurera, ni que la contraten en la galería
comercial, solo estoy yo para mantenerlos”.
“descuida, Sherman, esto es voluntario, además, Goldty se ha inscrito, ya no lo escucharás más, espero que
las peleas vuestras se acaben en Blossom Ville. Te quedarás en los calabozos hasta que todo esto se
tranquilice, va a haber jaleo: inscripciones, trenes, autobuses...caos, Sherman, este ataque de esos amarillos
de Oriente solo trae caos, y muerte”.
No sólo los chicos de Blossom Ville se inscribían para la guerra, las mujeres jóvenes del pueblo tb se
sintieron patriotas, y se apuntaban para enfermeras, funcionarias de guerra, operarias de armamento,
costureras de uniformes.
Pasaban las horas, antes lentas, ahora trepidantes: todo el pueblo era ir, venir, despedidas, lágrimas, idas
hacia la gran ciudad, hacia las capitales, para saber el destino de la juventud que quería ir a una guerra
incierta.
¿Cómo se vivirán las próximas horas en la cafetería de Billy y Mollie?, ¿Qué pasará con los habitantes de
Blossom Ville?, lo veremos en el último capítulo de NOCTÁMBULOS.
Realizado por: Ma del Mar Elías Revilla.
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