Esta es la
historia más terrorífica que haya habido. Hay una casa, un coche, una moto, una
noche, un “asesinato”, un “suceso paranormal”, muchas personas, una persona, un
mundo, un planeta que no cuidamos, que no cuidas, la rebelión del mismo planeta,
enfermedades, pánico, más pánico, caras que aparecen y desaparecen en la
estación de tu vida y la mía, noches de insomnio, pesadillas , tu “peor enemigo/a”,
las guerras, las lágrimas, el amanecer, el atardecer, el anochecer, un día, una
noche, muchos días, muchas horas que parecen muchos días, algunos días que
parecen algunos años, algunos años que parecen algunas horas, fotos de mujeres
y de hombres. Videos, o el video, con sexo sin amor, delitos pequeñitos,
lamentos en soledad, una “droga”, más “drogas”, la “droga”, la propia vida. Un
arma, los barrios marginales, ese rap, esa ropa, esas no tan buenas
costumbres…. ciudades muy grandes, la ciudad, Sevilla “con mucha gente”,
comunicación e incomunicación. Desorden, suciedad, todo a la vez, un testigo,
más testigos, muchos culpables, un responsable, tú culpabilidad, un culpable. La
vida brillando y a la vez muriendo, muertes por amor, amores por muertes, mucho
miedo en las carreteras, en los aviones, en los aeropuertos, en las motos, en
bicicletas y la gente, tú. Una tormenta de arena, otra eléctrica, tóxica, otra
de verano y de arena, y una más, más bochorno y más, bochornoso día…. Lluvia
con lágrimas, lágrimas con lluvia, primaveras de invierno, veranos otoñales,
inviernos primaverales, veranos invernales. La locura, la amenaza, tu amenaza, tu
larga espera, la espera de las esperas, almas sin consuelo, tu alma si, con
todos tus órganos y todo tu cuerpo, consuelo en un lugar muy grande “(quizás
sin final)”. Con millones de neuronas y muchos litros de sangre, y carne, con
venas, arterias, dos pulmones, un hígado, dos riñones, un corazón, dos piernas,
dos brazos, una cabeza con un cerebro, y pelo mucho pelo, o poco pelo, o ningún
pelo o pelo blanco, dedos, uñas, rodillas, espinillas, orejas, boca, ojos,
nariz, tu sexo, tu trasero, tu cintura, tus cosas, tu dinero, tu casa, aquella
casa, la que vendrá. Un camino por recorrer, quizás tengas que recorrerlo corriendo
a veces o para siempre. Pararte, o las dos cosas a la vez, tú no lo sabes, o
sí, yo lo sé, discuten y discutes, esperas interminables, te callas, hablas. Te
contagias y llegas a un edificio inmenso, “a una planta sin plantas” con
personas dispares, es una larga vida con sufrimiento asegurado, mucho
sufrimiento, caras y más caras, nombres y apellidos, con familia, sin familia,
sin vecinos, con vecinos, con zombis, sin zombis, sin nadie. Saludos para nunca,
abrazos eternos con sueños, mucho sueño y sigue pasando el tiempo pero tú…. Paras
porque tienes que parar, la muerte acecha, no tienes reloj pero lo buscas y
pasa el segundo con esa misma décima de segundo, con otro segundo, el minuto,
los minutos, la hora, las horas, casi siempre pasan lentas, los años pasan muy,
muy rápidos, más años, y eres viejo para alguien, te apenas y no sabes el por
qué, lo analizas y lo vuelves a analizar, deliras y empiezas a delirar, fiebre,
ves las cosas de lejos muy lejos y las cercas muy cercas. Con el corazón a mil
por hora miras por la ventana y intentas respirar y comerte ese kit-kat, esa
ventana que sirvió de pensamiento, miras arriba y ves oscuridad, miras abajo y
mas oscuridad, la oscuridad te persigue y las noches son largas muy largas, con
tanta fiebre que creces como un potro blanco, duermes de día y sigues
durmiendo, el mundo de afuera, gira, pero a ti no te importa, egoísmo, envidia,
estrés, esquizofrenias, maldad, mentalidades sin vuelta atrás, conocimientos
sin conocer nada, el dinero, te lo gastas…. en “droga y tu madre te roba”, te
pega, le pegas, naces y vuelves a llorar, lloras con diecinueve años, con
catorce, con veintitrés, con la mayoría de edad, no eres mayor y sigues
soñando, las lágrimas verdaderas, y las falsas, pero lo peor y mejor está ahí
fuera, está por llegar. Rebeliones interiores y exteriores, sigues a tu propia
guerra, ella ni te mira, comparas sin cesar, lloras por dentro y nadie se da
cuenta de que estás llorando, tú solo. Chillas pero nadie te oye, gritas y
vuelves a gritar pero nadie te oye, solo tú. Dejas de respirar aire, empieza a
oler muy mal, huele mal, pero eres tú, papeles rotos, amistades rotas, sin
olvido pero con tiros por la espalda, no respiras, solo humo y más humo, hay un
incendio en tu vida, en el mundo, no sabes si llegarás a sofocarlo, en lo más
hondo del corazón los bomberos no paran de trabajar, mueren algunos, tú sigues
vivo/a. Ya vinieron y llegaron tarde, la policía entra también en tu casa, en
tú corazón…. Los médicos vuelven siempre y viajas entre mares, entre calles,
esquinas que te muerden, laberintos de alcohol y porros, vuelves a los
dieciséis y no eres mayor de edad, el amor ya pasó, aquel sueño veraniego pasó.
Rutina y más rutina, rutinas con sexo y excesos. En soledad sales siempre,
pagas por tus errores y la enfermedad te persigue, te ha cogido del hombro, tu
solo le querías dar la mano. Corres pero no sirve de nada te agarra por el
brazo y te hace añicos, ya no te va a soltar. Vuelves a ese colegio donde te
pegaban y tu pegabas, las chicas no te miraban o tu pensabas que no te miraban,
levantabas fútbol y faldas, la mente juega contigo mil millones de veces al día,
contigo, por ti y contigo, es tuya, es tuyo. Posees, lo tienes todo y lo
pierdes al momento, rezas, llegas y te arrodillas ante ella, un día otro, hasta
que lo divino te ayuda, pero esto sigue, oyes a tu corazón y te pide más pillerías, sientes su latido, superas
los veinticinco años, fumas y fumas, nueve, diez, once, tu pulmón no puede más
y tu mente tampoco, corazón y cuerpo te piden que pares, y tus padres, y ese
amigo/a. Pero ya es tarde, sigues fumando y no respiras aire limpio, no hay
aire, solo un poco, esa mierda que viste aquel día y tanta atención te acaparó
por lo del cigarrito y la persona que lo fumaba, empezaste a “drogarte”, el
tabaco es tu vida, pum, pum. Sigues matándote, sigues muriendo por esa persona
que nunca encontrarás porque ya la tuviste y no la supiste aprovechar, cuando
se fue empezaste a echarle de menos, eras tan pequeño, era un amor tan sincero,
pero no la besaste, por el miedo, ese miedo si, que vuelve, hueles mal y estás riéndote
en algún lugar, sabiendo que luego llegaran peores momentos, pero resistes, no
te rompes, buscas ayuda y intentan ayudarte. Te repiten que poco a poco, pero
tu fumas y no respiras, ese cigarrillo, uno detrás de otro te está matando poco
a poco. Llega la navidad y no sales y cuando sales lloras y lloras, no hay
consuelo, tu soledad es tu mejor compañera…. semana santa a medias, la dejas
pasar, la tiras, la feria la has tirado, nunca te gustó pero te llaman amigos y
amigas , quedas y ríes, sonríes y lo vuelves a hacer, nadie lo sabe, solo tú,
hablas y hablas pero nadie lo sabe, ni nunca lo sabrán. Regalas alegría pero no
te las das a ti, o sí, o no, no te la das lo suficiente, estás suspenso otra
vez, estás suspendido, en el aire, suspenso, tienes lo que te mereces. Los
veranos más tardíos llegaran con sudores que envenenan…. fríos y calientes, has
perdido, pero eres fuerte, muy fuerte, duro, muy duro, quizás seas de hierro
forjado por dentro. ¿Por qué hay que actuar a veces y aparentar algo en esta sociedad?.
Veranos interminables, eternos, solo, tu solo, dando vueltas en tu cuarto y te
vuelves a encerrar en el cuarto de baño, en tú cuarto, otra vez solo…. Te
encierras en casa y no sabes del todo por qué, ¿Pero te has olvidado de tí?. Llueve
y llueve en los más profundo de tu corazón, tu mente te persigue, tu te muerdes
la lengua y la cola, esperas a las cuatro de la mañana para pasear para que
nadie te vea. Después de la tempestad llega la calma.
Por Félix Silva