miércoles, 20 de mayo de 2020

Historia de miedo


Esta es la historia más terrorífica que haya habido. Hay una casa, un coche, una moto, una noche, un “asesinato”, un “suceso paranormal”, muchas personas, una persona, un mundo, un planeta que no cuidamos, que no cuidas, la rebelión del mismo planeta, enfermedades, pánico, más pánico, caras que aparecen y desaparecen en la estación de tu vida y la mía, noches de insomnio, pesadillas , tu “peor enemigo/a”, las guerras, las lágrimas, el amanecer, el atardecer, el anochecer, un día, una noche, muchos días, muchas horas que parecen muchos días, algunos días que parecen algunos años, algunos años que parecen algunas horas, fotos de mujeres y de hombres. Videos, o el video, con sexo sin amor, delitos pequeñitos, lamentos en soledad, una “droga”, más “drogas”, la “droga”, la propia vida. Un arma, los barrios marginales, ese rap, esa ropa, esas no tan buenas costumbres…. ciudades muy grandes, la ciudad, Sevilla “con mucha gente”, comunicación e incomunicación. Desorden, suciedad, todo a la vez, un testigo, más testigos, muchos culpables, un responsable, tú culpabilidad, un culpable. La vida brillando y a la vez muriendo, muertes por amor, amores por muertes, mucho miedo en las carreteras, en los aviones, en los aeropuertos, en las motos, en bicicletas y la gente, tú. Una tormenta de arena, otra eléctrica, tóxica, otra de verano y de arena, y una más, más bochorno y más, bochornoso día…. Lluvia con lágrimas, lágrimas con lluvia, primaveras de invierno, veranos otoñales, inviernos primaverales, veranos invernales. La locura, la amenaza, tu amenaza, tu larga espera, la espera de las esperas, almas sin consuelo, tu alma si, con todos tus órganos y todo tu cuerpo, consuelo en un lugar muy grande “(quizás sin final)”. Con millones de neuronas y muchos litros de sangre, y carne, con venas, arterias, dos pulmones, un hígado, dos riñones, un corazón, dos piernas, dos brazos, una cabeza con un cerebro, y pelo mucho pelo, o poco pelo, o ningún pelo o pelo blanco, dedos, uñas, rodillas, espinillas, orejas, boca, ojos, nariz, tu sexo, tu trasero, tu cintura, tus cosas, tu dinero, tu casa, aquella casa, la que vendrá. Un camino por recorrer, quizás tengas que recorrerlo corriendo a veces o para siempre. Pararte, o las dos cosas a la vez, tú no lo sabes, o sí, yo lo sé, discuten y discutes, esperas interminables, te callas, hablas. Te contagias y llegas a un edificio inmenso, “a una planta sin plantas” con personas dispares, es una larga vida con sufrimiento asegurado, mucho sufrimiento, caras y más caras, nombres y apellidos, con familia, sin familia, sin vecinos, con vecinos, con zombis, sin zombis, sin nadie. Saludos para nunca, abrazos eternos con sueños, mucho sueño y sigue pasando el tiempo pero tú…. Paras porque tienes que parar, la muerte acecha, no tienes reloj pero lo buscas y pasa el segundo con esa misma décima de segundo, con otro segundo, el minuto, los minutos, la hora, las horas, casi siempre pasan lentas, los años pasan muy, muy rápidos, más años, y eres viejo para alguien, te apenas y no sabes el por qué, lo analizas y lo vuelves a analizar, deliras y empiezas a delirar, fiebre, ves las cosas de lejos muy lejos y las cercas muy cercas. Con el corazón a mil por hora miras por la ventana y intentas respirar y comerte ese kit-kat, esa ventana que sirvió de pensamiento, miras arriba y ves oscuridad, miras abajo y mas oscuridad, la oscuridad te persigue y las noches son largas muy largas, con tanta fiebre que creces como un potro blanco, duermes de día y sigues durmiendo, el mundo de afuera, gira, pero a ti no te importa, egoísmo, envidia, estrés, esquizofrenias, maldad, mentalidades sin vuelta atrás, conocimientos sin conocer nada, el dinero, te lo gastas…. en “droga y tu madre te roba”, te pega, le pegas, naces y vuelves a llorar, lloras con diecinueve años, con catorce, con veintitrés, con la mayoría de edad, no eres mayor y sigues soñando, las lágrimas verdaderas, y las falsas, pero lo peor y mejor está ahí fuera, está por llegar. Rebeliones interiores y exteriores, sigues a tu propia guerra, ella ni te mira, comparas sin cesar, lloras por dentro y nadie se da cuenta de que estás llorando, tú solo. Chillas pero nadie te oye, gritas y vuelves a gritar pero nadie te oye, solo tú. Dejas de respirar aire, empieza a oler muy mal, huele mal, pero eres tú, papeles rotos, amistades rotas, sin olvido pero con tiros por la espalda, no respiras, solo humo y más humo, hay un incendio en tu vida, en el mundo, no sabes si llegarás a sofocarlo, en lo más hondo del corazón los bomberos no paran de trabajar, mueren algunos, tú sigues vivo/a. Ya vinieron y llegaron tarde, la policía entra también en tu casa, en tú corazón…. Los médicos vuelven siempre y viajas entre mares, entre calles, esquinas que te muerden, laberintos de alcohol y porros, vuelves a los dieciséis y no eres mayor de edad, el amor ya pasó, aquel sueño veraniego pasó. Rutina y más rutina, rutinas con sexo y excesos. En soledad sales siempre, pagas por tus errores y la enfermedad te persigue, te ha cogido del hombro, tu solo le querías dar la mano. Corres pero no sirve de nada te agarra por el brazo y te hace añicos, ya no te va a soltar. Vuelves a ese colegio donde te pegaban y tu pegabas, las chicas no te miraban o tu pensabas que no te miraban, levantabas fútbol y faldas, la mente juega contigo mil millones de veces al día, contigo, por ti y contigo, es tuya, es tuyo. Posees, lo tienes todo y lo pierdes al momento, rezas, llegas y te arrodillas ante ella, un día otro, hasta que lo divino te ayuda, pero esto sigue, oyes a tu corazón y te  pide más pillerías, sientes su latido, superas los veinticinco años, fumas y fumas, nueve, diez, once, tu pulmón no puede más y tu mente tampoco, corazón y cuerpo te piden que pares, y tus padres, y ese amigo/a. Pero ya es tarde, sigues fumando y no respiras aire limpio, no hay aire, solo un poco, esa mierda que viste aquel día y tanta atención te acaparó por lo del cigarrito y la persona que lo fumaba, empezaste a “drogarte”, el tabaco es tu vida, pum, pum. Sigues matándote, sigues muriendo por esa persona que nunca encontrarás porque ya la tuviste y no la supiste aprovechar, cuando se fue empezaste a echarle de menos, eras tan pequeño, era un amor tan sincero, pero no la besaste, por el miedo, ese miedo si, que vuelve, hueles mal y estás riéndote en algún lugar, sabiendo que luego llegaran peores momentos, pero resistes, no te rompes, buscas ayuda y intentan ayudarte. Te repiten que poco a poco, pero tu fumas y no respiras, ese cigarrillo, uno detrás de otro te está matando poco a poco. Llega la navidad y no sales y cuando sales lloras y lloras, no hay consuelo, tu soledad es tu mejor compañera…. semana santa a medias, la dejas pasar, la tiras, la feria la has tirado, nunca te gustó pero te llaman amigos y amigas , quedas y ríes, sonríes y lo vuelves a hacer, nadie lo sabe, solo tú, hablas y hablas pero nadie lo sabe, ni nunca lo sabrán. Regalas alegría pero no te las das a ti, o sí, o no, no te la das lo suficiente, estás suspenso otra vez, estás suspendido, en el aire, suspenso, tienes lo que te mereces. Los veranos más tardíos llegaran con sudores que envenenan…. fríos y calientes, has perdido, pero eres fuerte, muy fuerte, duro, muy duro, quizás seas de hierro forjado por dentro. ¿Por qué hay que actuar a veces y aparentar algo en esta sociedad?. Veranos interminables, eternos, solo, tu solo, dando vueltas en tu cuarto y te vuelves a encerrar en el cuarto de baño, en tú cuarto, otra vez solo…. Te encierras en casa y no sabes del todo por qué, ¿Pero te has olvidado de tí?. Llueve y llueve en los más profundo de tu corazón, tu mente te persigue, tu te muerdes la lengua y la cola, esperas a las cuatro de la mañana para pasear para que nadie te vea. Después de la tempestad llega la calma.

Por Félix Silva

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