domingo, 5 de diciembre de 2021

DESAYUNO, MUSEOS Y PALOMAS

 


Martes 30 de noviembre, último día del mes de recordar antepasados, día elegido para visitar 2 museos que están en el parque de M Luisa: el museo de artes y costumbres populares, y el museo arqueológico.

Quedamos los chicos/as de Avance en la plaza de España, en la fuente central, a las 10/30.

No hacía tanto frío, y el día no estaba nublado, ni con nubes amenazantes de lluvia.

Entre palomas y peces de colores del canal de las barquitas, esperamos a los compañer@s.

¡Uy, no vienen!, o vienen más tarde, y como en el grupo todavía no se había desayunado, buscamos el bar Abilio.

Parecía que estaba a punto de abrir, el Abilio, pero todavía no ponía desayuno, así que fuimos a otro bar cercano.

En la Auténtica se tomó cafelito, tostadas, bien cómodo, en el interior, que apetece en estas mañanas de invierno desayunos calientes.

Un bar con camisetas de deportistas famosos, de futbol y baloncesto, acompañados de una tabla de surf, muy deportivo, la Auténtica, y cercano al parque.

Con las tripas llenas, esperamos en un banco a José Antonio, aparcando en la avenida de la Raza.

Empezamos la visita, al museo arqueológico, pero ¡vaya, cerrado por reformas!, y eso que se llamó, y dijeron que estaba abierto, ¿abierto?, si, abierto, para que entren los operari@s que están trabajando en el museo.

Como el museo de artes y costumbres estaba en frente, ese fue el que visitamos.

Félix ya había llegado, estamos tod@s los del grupo, comenzamos a verlo.

Un museo muy curioso, en él se ve cómo vivían personas de otras épocas, sus talleres, sus casas, utensilios para cazar, objetos de tocador y baño, hoy, impensables de usar, ¿Cómo se lavaban nuestras bisabuelas, sin grifos, sin bañeras?, en el museo se expone sus muebles.

Juguetes de hace casi 2 siglos, daban miedo las muñecas, parecían sacadas de pelis de terror. Nada más ver una de esas muñecas, casi tod@s dijimos “¡Annabelle!”. Las películas de ahora tienen juguetes antiguos.

Talleres de trabajadores de cuero, toneleros, orfebres (trabajos de metales preciosos), imagineros (imágenes de Semana Santa), cestería, los trabajos que se hacían en el campo, en los pueblos, todo artesano, todo con herramientas, nada de maquinaria.

Telares que manejaban las mujeres, encajes de bolillos, bordados, telas en bastidores, que manejaban las abuelas, madres, jóvenes, y después las vendían, para sacarse sus duros y tener para sus gastos, o gastos para sus peques, en esos tiempos, trabajo y afición eran lo mismo.

Toneles llenos de solera, vino dulce, las bodegas que algunas familias tenían en los sótanos de sus casas, el olor a vino rico invadía la sala, apetecía un Canasta fresquito, acompañado de una loncha de jamón y un panecillo, ¡podrían darlo en el museo!

 

Otro trabajo artesano, otro taller, otro oficio famoso en Sevilla: la cerámica.

Las 1ras fábricas de cerámica las trajo el marqués de Pickman, haciendo que los monjes de la Cartuja sevillana le presten sus hornos.

Cerámica de la Cartuja, platos decorados, cerámica con brillos metálicos de tornasol, en los años 20-30, azulejos religiosos, que más tarde serían azulejos publicitarios, recordatorios para personas famosas que nacieron en tal calle.

Cerámicas heredadas de nuestros antepasados musulmanes, adornando los edificios del parque de M Luisa, la plaza España, el Alcázar, la catedral.

La zona de los armeros, los fabricantes de armas, tanto de fuego (rifles y pistolas de caza), como de pincho (espadas, dagas), con sus accesorios para la pólvora, guarda espadas, cascos de los conquistadores del siglo xv.

¿terminamos ya la visita?, ¡no, hay más salas por descubrir!

Exposiciones temporales, una hablando sobre el patrimonio cultural de los pueblos andaluces: oficios (colmenero, pescadores de almadraba, pastores) fiestas (romerías, carnavales, cruces de Mayo), comidas (migas, buñuelos, espetos de sardinas, dulces típicos de Navidad y Pascua), y otra más glamorosa: fotos y vestidos de la revista femenina Elle, fotos desde los años 50, donde Grace Kelly salió en portada, hasta nuestros días.

Vestidos de fiesta, flamenca, auténticas obras maestras de diseñadores.

Y ya, terminando la visita al museo de artes y costumbres populares, empezamos a ir al bar Abilio, ya totalmente abierto, para tomarnos un refresco y tapitas, que la hora del aperitivo se acercaba.

Esperemos que la próxima vez que visitemos el parque, esté abierto el museo arqueológico, totalmente renovado, con la historia de Sevilla, desde los tiempos cavernícolas, hasta el medievo-musulmán, pasando por nuestros antepasados romanos de Itálica, y el tesoro del Carambolo.

Realizado por: Mª del Mar Elías Revilla.

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