martes, 5 de octubre de 2021

UN PASEO POR LOS MADRILES





Cuando una cumple años, ya pide regalos sorpresa, ¡a ver, tengo de todo!.

Pero recibí un regalazo gordo, de esos que no se esperan, de esos que no se regalan así por así: mi amiga Raquel me dio 2 entradas para ver el musical de “El Rey León”.

El estreno fue el 29 de septiembre, pero ojo, que ir a ver un musical en Madrid no es ir, ver el show, y después, coger el A.V.E y volverse a Sevilla, hay que pensar en más cosas.

Alojamiento: solucionado, yo me quedo en el piso de mi hermano, Raquel, en el piso de familiares suyos, problema arreglado, y ahorro de hoteles y pensiones baratitas.

Billetes para el A.V.E: comprados y sin problemas, pues amenazaba la huelga de trenes prevista para esas fechas (al final resultó afectada Barcelona, y no Madrid)

Entradas para el show: yo las guardo, compradas, con sus butacas. Hay que estar ¾ de hora antes, para coger el sitio, y esperar a que el teatro Lope de Vega se llene.

¿Solo nos quedamos ese día?, ¡please, que es Madrid, y hay muchas cosas que ver!. Tampoco hay que quedarse 1 semana, pues fuimos exclusivamente a “El Rey león”, pero no vamos a coger el A.V.E cuando terminaba la actuación.

Decidimos quedarnos el día siguiente, hacemos otra noche en casa de nuestros familiares, y al día siguiente, ese día sí que se coge el Galaxy Express 999, digo...el A.V.E.

29 DE SEPTIEMBRE, LA PARTIDA.

Equipaje listo, entradas dentro del bolso, certificado COVID, nervios y prisas para coger el metro, autobús 32 para la estación de Santa Justa, comprobación si tenemos cosas raras en los equipajes (no pitó, no me descubrió los huevos Fabergué que tenía escondidos), y listos, a montarse en el tren que nos llevará a la capital.

Por cierto, es mejor llevar 1 maleta trolley que un macuto sin asa para colgar al hombro, mucho más cómoda y manejable.

Instrucciones de mi hermano “os bajáis en la estación Valdeacederas, linea 1”. ¡cuántas líneas tiene el metro de Madrid!, y cuantas salidas en Atocha.

El metro de los madriles es diferente al de Sevilla, no tiene puerta de seguridad, pero las estaciones están decoradas con paneles de anuncios, viñetas sobre Fortunata y Jacinta, la obra de Galdós, se puede ver cultura en esas paredes.

Llegada al piso de mi hermano, comida en un cercano kebab, instalación mía vaciado de macuto 3 días...y a hacer un poco de turismo.

¡Bienvenida, Puerta del Sol!, y justo, anunciando los cuartos, antes de dar la hora, me dieron ganas de comer las uvas, o los madroños, porque ahí, en la enorme plaza del fin de año, también estaba el oso y el madroño, o más bien, la osa, porque es 1 osa que se está comiendo un rico madroño. Y, como testigo de los años que pasan, la estatua de Carlos III, soportando el frío, el calor, la nieve, la lluvia, y las palomas con una sonrisa en los labios, el mejor alcalde de Madrid.

Si hay una palabra para definir nuestra capital, es una época: neoclasicismo, mires por donde mires, las fachadas de los edificios están adornadas con columnas, guirnaldas, cuernos de la abundancia, ninfas y diosas romanas, todo grecorromano, y precioso, la cultura dentro de la ciudad, no solo en los museos.

Y como en los madriles hacen todo a lo grande, también los helados los hacen a lo grande, me comí una tarrina pequeña muy bien despachadita.

Después de merendar, y como el recinto de La Almudena estaba cerca, fuimos calle abajo, para ver el palacio real y la Almudena, la catedral de Madrid.

Su fachada, impresionante, llena de estatuas de santos (para variar, es templo cristiano, ahí no vas a meter a Zeus), estatuas blancas que contrastan con el gris de los ladrillos. Es curioso, Madrid es todo gris y blanco.

Pero en el interior, era como una iglesia muy grande, no era tan monumental, como nuestra catedral, o las catedrales góticas de Burgos, ni varias salas, ni capillas, solo es una iglesia, con sus vidrieras, sus arcos, vírgenes, santos, era más bonita por fuera que por dentro.

¡La hora del teatro, que se nos va a pasar!, sin problemas, estaba cerca, y bien anunciado, con un cartel grande.

Entramos al Lope de Vega y...asientos estrechos, pasillos estrechos, mascarilla obligatoria, pero sin distancia de seguridad, un@s pegados a otr@s.

Muy recomendable el musical: una puesta en escena tremenda, efectos especiales, canciones que recuerdan cuando fuimos jóvenes, o niñ@s, risas aseguradas con las hienas, y con Timón y Pumba.

Regalazo amortizado cada euro, merece mucho la pena, daros una escapadita y a ver teatros y musicales por Madrid, que hay afición por las artes y la cultura.

1 DE OCTUBRE, VISITA AL AIRE Y SOROLLA.

¡Despertador a tope, que hoy toca autobús turístico!, desayuno en una cafetería cerca de donde mi hermano tiene su piso estudio, sin el pesado macuto del fin de semana.

Quedamos Raquel y yo en la Puerta del Sol, todo en la línea 1 del metro, y de ahí, dirección fuente de Neptuno, donde nos esperaba el bus.

¡Sí, sí, en la parte de arriba, que se ve mejor!, tod@s querían en la parte de arriba, y tuvimos suerte, quedaban 2 asientos en la parte de adelante del todo.

Y ya sé por qué no se sentaban en esos asientos: una franja negra, de esos quitasoles, impedía ver con comodidad los monumentos, fachadas, fuentes, entradas de parques, Raquel y yo teníamos que agachar la cabeza para ver lo que el guía del autobús iba indicando.

Un paseo de casi 2 horas, viendo Madrid a vista de gorrión motorizado: la Cibeles, la Almudena, el palacio real, monumento a Goya, el museo del Prado, todos los diferentes madriles: el moderno, el Madrid de la Ilustración, el Madrid de los Austrias (desde los reyes católicos hasta Carlos II).

Muy bonita la iglesia de la Inmaculada: toda de rosa y blanco, con una torre aguja que recuerda a la torre Eiffel. Con razón hay cola de espera para casarse en esa iglesia.

Los edificios, tod@s adornados, y rematados por diosas, más diosas que dioses: Minerva, el Fénix, Apolo, la Victoria. No sé si estaba en Madrid o en los caballeros del zodíaco, con tantas diosas. 

Las 4 puestas de Madrid, desde la famosa puerta de Alcalá, con la canción de Víctor Manuel y Ana Belén, hasta la puerta de la Independencia, en honor a la victoria de España vs Napoleón.

Del Madrid que tod@s conocemos, al Madrid que poc@s saben: la época de Alatriste, Cervantes, Felipe II y su amante conspiradora, la princesa de Éboli.

Se parece mucho a nuestro centro histórico, quizás por la época barroca que tocó vivir: placitas con fuentes, bares terrazas con tapitas, fachadas adornadas con macetas, flores en los balcones.

Vuelta al Madrid actual: parque del Retiro, la fachada de las Ventas, donde los toreros (¡y toreras tb!) sueñan con pasar a hombros por la puerta grande, señal que ha triunfado, y ya es famos@, el río Manzanares.

Y terminamos el viaje en la fuente de Neptuno, donde esperaban más turistas.

Comida, y dirección al museo de Sorolla.

Íbamos adelantadas, ya eran las 15/30 cuando llegamos, pero las entradas al museo eran a las 16/30.

¡sin problemas!, el museo estaba casi vacío, apenas había grupos, ni colas, nos dejaron pasar.

Vimos sus cuadros, llenos de luz blanca y azul del mar, orillas donde la mujer de Sorolla, Clotilde, y su madre paseaban con vestidos de encajes, un pequeño jugaba con su barquito, y una bañista lucía su tapado bañador azul celeste.

El museo era también la casa del pintor: se notaba su estilo burgués, era de buena posición, sus muebles eran baúles, objetos exóticos de China y oriente, platos de cerámica, tinteros, imágenes religiosas, despachos con muchos cajones, adornados de taracea, al estilo árabe.

Sorolla fue diseñador de jardines, la entrada al museo era un pequeño jardincito, al estilo andaluz, con sus setos de mirto, su fuente bajita, muchos bancos para descansar, un rinconcito de naturaleza entre tanta modernidad urbana.

¡Cuántas emociones en 1 solo día!, teníamos que aprovechar bien las horas, en 3 días no se ve Madrid.

2 DE OCTUBRE, SAYONARA CAPITAL.

Recogida de ropa, guardado todo en el macuto (que ya no lo voy a llevar más), desayuno en la misma cafetería, y a quedar, por última vez, en la Puerta del Sol.

Hoy, visita al museo Reina Sofía, museo donde artistas actuales tienen sus exposiciones, mezcladas con cuadros históricos y famosos, desde el impresionismo, hasta nuestro año.

Es grandísimo, muchas salas, divididas en 3 plantas. Los museos de Madrid tienen esa curiosidad: son grandes, no puedes verlos enteros en 1 día.

Entramos para ver la estrella del Sofía, el Guernica de Picasso.

Antes, nos metimos en 1 exposición sobre la revolución industrial del XIX-XX, las desigualdades sociales, la explotación infantil, los tiempos de nuestr@s bisabuel@s.

Como el cine recogía la lucha obrera, panfletos, dibujos animando a la huelga, el arte al servicio del que trabajaba.

 Caricaturas de periódicos, ridiculizando al burgués, a la regencia de Mª Cristina, poniendo el vicio de las calles, y quienes eran sus clientes.

Cuadros de Dalí, esculturas de hierro y terracota, figurines para los teatros de barrio...y el Guernica, el cuadro que expone la tragedia de un bombardeo, el simbolismo de un artista que amaba las mujeres, los toros, las palomas, y como quedó truncado su pacífico mundo, el blanco, negro y gris denunciando la injusticia al espectador.

¡Qué se nos va el A.V.E!, ¡ay, qué pena, no poder ver más cuadros de obras maestras!, también estaba “Mujer en la ventana”, de Dalí, y otros cuadros famosos.

Pero teníamos el tiempo justo, menos mal que el Reina Sofía está muy cerca de la estación de Atocha.

Todo fue llegar, pasar las maletas (no pitó, no me descubrió las botellas de ayawasca adulterada), sentarnos en el A.V.E, y llegar a Sevilla en 2 horas y pico.

3 días por los madriles, 3 días de cultura, museos, espectáculo en vivo, 3 días bien aprovechados.

Y como nos han faltado por ver muchas cosas, de vez en cuando, haremos escapaditas por la capital, escapaditas que pondré en el blog, y que los lectores sabrán.


Realizado por: Mª del Mar Elías Revilla



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